domingo, 16 de junio de 2013

Economía colaborativa versus las remoras no colaboradoras

Soy un estudiante de ciencia, en concreto de ciencia económica, y el desafío que tengo entre manos es 'demostrar' que el enfoque en el que se comparte el conocimiento es 'mejor' globalmente que el que tenemos actualmente donde es dominante (al menos legislativamente) el conocimiento cerrado.
Entrecomillo demostrar, por que es evidente que este enfoque, cualquiera que sea el resultado no sera generalizable al 100% de los casos.
Y también entrecomillo 'mejor' por que es evidente que en la situación actual hay algunos (entidades o actores) que se están beneficiando y que por tanto una configuración donde prime el conocimiento abierto no les va a beneficiar. Y es de esperar las lógicas reacciones en contra de estos agentes.
Las rémoras no colaboraboradoras
Pero hay un peligro interno como muestra, tanto la experiencia, como algunos experimentos sobre ecosistemas colaboradores.

La primera experiencia en vivo tenemos en la falta de colaboración entre instituciones públicas en materia  de distribuciones libres. El clamoroso fracaso que hemos cosechado desde 2002 solo se puede explicar por una causa : La falta de masa crítica.

Es cierto que esa falta de masa crítica tuvo una motivación política, y que ese error debería ser desterrado, pero debemos aprender que el error es limitar las posibilidades de colaboración. Alentar el versionado y la 'adaptación local' (en pro de la libertad decían algunos) no estaba sino haciendo el caldo gordo a aquellos que estaban en contra de una sociedad con conocimiento abierto, en este caso del software).

Experimentos ecológicos muestran que una sociedad colaboradora es más eficiente para la generalidad de sus miembros, y la especie humana es un buen ejemplo, siempre que .... siempre que entre sus miembros no haya 'rémoras' no colaboradoras. En ese caso los colaborares están condenados a alimentar a los no colaboradores, que en ese caso crecerán y sobrevivirán más.

El desafío de hoy
Y este es el desafío que nos planteamos en el grupo de OKFN Spain, como conseguir abrir el conocimiento y alcanzar esa masa crítica que vuelque ciertas partes de la economía hacia el conocimiento abierto para mejorar aspectos de nuestra sociedad, a la par que evitamos que las rémoras no colaboradoras medren a nuestras espaldas. Y por eso el enfoque internacional de OKFN con presencia en 16 países y ambassadors en otros tantos más parece un buen enfoque.

Sin soluciones por el momento
No tengo la solución a este último punto, el de las rémoras no colaboradoras. Ni puedo demostrar, de momento, pues dedico mi tesis doctoral a ello, el primero de en qué condiciones es mejor globalmente una economía basada en el conocimiento abierto y como puede convivir y competir con una basada en el conocimiento cerrado. Afortunadamente la crisis, y la escasez de recursos está dando un buen impulso a estas iniciativas.

Como dice el genial Marc Garriga, la economía abierta no debe ser la de los 'sospechosos habituales' sino la de una parte significativa de nuestra sociedad.

La solución nos tiene que pillar trabajando
Es cierto que no tenemos ahora mismo la solución para demostrar que una economía basada en el conocimiento abierto es mejor, pero esa 'solución' nos tiene que pillar trabajando. Es decir, reivindicar contra los sinsentidos de algunas decisiones que limitan la colaboración o el acceso al conocimiento, puede estar bien, pero también puede ser un gasto de energía que no se pueda permitir un ecosistema colaborativo para tener éxito.
Es mejor demostrar con hechos que la economía colaborativa proporciona soluciones que pueden ser generalizables, que el marco legislativo ya se adaptará en sus propios tiempos a una realidad ya existente.