sábado, 5 de septiembre de 2009

Las redes sociales y el efecto Astorga

El reciente debate de la edad a la que un menor puede incorporarse a las redes sociales está siendo muy enriquecedor. Especialmente entre aquellos que consideran que las redes sociales son algo nuevo, y/o diferente. Y bajo el periodístico lema "yo tengo derecho a opinar", oímos, leemos multitud de opiniones independientemente de que sus proponentes hayan usado o siquiera conozcan lo que son las redes sociales o internet. Me recuerda un poco a esos consejos que dan los sacerdotes sobre el matrimonio o muchos gurús de como hacer negocios cuando ni unos ni otros han pasado por el matrimonio ni han creado negocio de éxito alguno.
Para entender las redes sociales hay que conocer el efecto Astorga. Astorga es una ciudad pequeña en el norte de España (unos 12.000 habitantes). No todo el mundo conoce a todo el mundo, pero como definen en "6 grados de separación" sería una red de tamaño 1. Es decir todas las personas que la habitan tienen un amigo/conocido común. Por tanto es una ciudad donde el anonimato y la intimidad no existen, y donde todo lo que hagas/digas será conocido por el resto de la ciudad a las pocas horas.
Los rumores (verdaderos o falsos) se extienden en tiempos mínimos y algo que sucede una mañana, a mínimamente notorio que sea es conocido por la tarde por todos los moradores y recordado por los siglos de los siglos en la memoria viva de sus habitantes. Es una ciudad donde una persona no es un nombre tan sólo, sino que es "el hijo de menganito", "o el amigo de fulanito" o " el colega de zitanito" y donde la tópica frase "¿Tu de quien eres?" cobra todo su sentido.
Las redes sociales están reduciendo nuestras sociedades bajo el efecto Astorga, a ciudades/lugares/redes de tamaño 1 o a lo más 2. Tu no conoces a todo el mundo pero tienes un amigo común con todo el mundo (tamaño 1), o al menos tienes un amigo que es a su vez amigo de de todo el mundo (tamaño 2).

Esta transformación de nuestras sociedades traerá multitud de consecuencias, algunas de las cuales me atrevo a aventurar, y seguro que otras más importantes también deberían ser incluidas aquí.

1.- Diga adios a su intimidad. Si vd participa en una red social ya no será fulanito gomez, sino será el amigo de tal, el que está apuntado al grupo cual, etc.

2.- Los rumores (ciertos o falsos) se expandirán de forma exponencial y rápida.

3.- Mate una mosca y será denominado matamoscas por el resto de sus días, es decir todo queda registrado, bien en la propia red o en la conciencia de muchas personas (dígase fotos, comentarios, etc),. o copiado y comentado en otros lugares.

4.- No hay vuelta atrás, vd no podrá borrar su pasado, ni podrá borrar todas las fotos o comentarios que haga. ya que aunque lo haga pro algún sitio ay lo habrán copiado en tantos, que en la práctica será inviable.
etc.
Por tanto todo este debate de la intimidad, el uso de los contenidos en las redes sociales, etc, es un debate estéril, salvo los delitos, el efecto Astorga hará inutil toda regulación de la intimidad y/o el anonimato.
Tal vez le parezca esto un lugar invivible, no lo creo así, en estos sitios tan pequeños la convivencia es amigable, es relativamente fácil encontrar alguien que conozca de un tema e incluso encontrar ayuda puede ser más sencillo que en una ciudad de ciudadanos anónimos (los humanos tendemos a ser solidarios con quienes compartimos creencias, aficiones, o amigos) y los delincuentes son detenidos en poco tiempo ya que siempre hay alguien que sabe algo y por esa misma reputación conocida nadie quiere ser amigo de un chorizo.
Por otra parte siempre existen 'bandos' o 'clases' que agrupan a una buena parte de sus habitantes, bien se por ubicación, aficiones, creencias o cualquier otro tipo de segmentación.
Al igual que en esta pequeña ciudad donde la vida es relativamente plácida, las redes sociales transformarán nuestra sociedad en la medida que los ciudadanos tengan posibilidad de conexión a la red.
Y será en estos entornos donde los ciudadanos se auto-organizarán, en los cuatros niveles sociales de la red como decía ya hace más de un año.

3 comentarios:

_azul dijo...

Comprendo muy bien ese fenómeno de Astorga, quizás más al vivirlo en una escala geográfica distinta pero cuyos límites naturales la definen mejor; una isla.
En el post hecho en falta la segunda parte de la historia; las redes sociales crean a su alrededor su propia historia, es decir, así como mi isla acaba volviéndose un continente para sus habitantes, Astorga crea su propia realidad del país.

Un saludo.

Unknown dijo...

Pues efectivamente debería continuar el post con las pseudo realidades que se forman en estos entornos, donde alguien con cierta presencia se cree "el rey de la montaña" cuando en realidad está en un montículo sin altura alguna.

interesante, interesante..... no porometo pero voy a darle una vuelta sobre el punto que comentas

Mariano Blaya dijo...

ahora tienes que fijarte no solo en como es tu vida offline, sino como se refleja en tu vida online. Si cortas con tu chica, asegurate de que actualizas tu perfil de Facebook, si no, no has cortado realmente