¿Cobrar o no cobrar por la información pública? Es evidente que la puesta a disposición de los ciudadanos de la información del sector público supone un coste añadido para el sector público, que llamaremos coste de publicación.
Este coste de publicación es un coste no despreciable, puesto que aunque no incluye los costes de la generación de esta información, ya que es propia de la tarea administrativa, debe incluir costes de adecuación legal, sistemas de información, atención a los usuarios, mantenimiento de niveles de servicio, actualización de tecnología, etc.
Denominemos coste de acceso al coste que tiene que afrontar el usuario de la información pública y que incluye el precio o tasa pública (si lo hubiere), el de las herramientas, infraestructuras y otros recursos (como autorizaciones, tiempos, etc) necesarias para el acceso efectivo a la información publicada.
Si este coste de acceso es reducido o nulo en la práctica, es posible que aparezca una demanda muy alta de la información, y como consecuencia el coste de publicación de la información se elevará.
Cual siete y media no es bueno si no llegas pero tampoco si te pasas.Pero si la utilización es alta como consecuencia de un bajo coste de acceso y en una parte significativa de esa utilización es profesional, este uso generará negocios que podrán proporcionar financiación vía impuestos. ¿Cuantos impuestos pagarían un sector que moviera 2.000 millones de euros? ¿Financiarían los costes de publicación?
Valor añadido para los datos públicos
También es verdad que si pensamos en modelos de negocio que únicamente mezclen informaciones provenientes del ámbito público no será sencillo que aparezcan negocios diferenciados ya que todos los actores contarían con la misma materia prima y solo el procesamiento específico de la información y servicios de valor añadido podrían suponer factores diferenciadores. Sin embargo aquí es donde debemos considerar una nueva dimensión en la utilización de la información pública.
Mezcla con datos privadosComo permiten muchas licencias privadas de contenidos 1, 2, una interesante posibilidad es la mezcla de datos con otras fuentes de datos privadas.
Por poner un ejemplo podríamos imaginar un servicio donde sobre un mapa del catastro (un dato público de ámbito nacional) información de las industrias emisoras de residuos (un dato público de ámbito autonómico) y los niveles de polen de una base de datos privada y que envíe avisos al teléfono móvil de una persona que padezca problemas respiratorios.
Muchos otros modelos de servicio más sensatos que el ejemplo anterior podrían ser desarrollados por emprendedores que tomen como una parte fundamental de su negocio la reutilización de los datos del sector público.
Parece interesante que si se quiere alcanzar rápidamente los niveles de negocio alrededor de la reutilización de datos públicos las licencias administrativas, permitieran modelos como éste que se plantea en el ejemplo. Todo ello sin menoscabar implicaciones sobre la responsabilidad, autoría, remuneración, etc que establece la legislación vigente.
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