Estamos en una época preciosa y desafiante en materia de open government. La difusión amplia de la conexión a internet entre la ciudadanía posibilita una participación en las tareas de administración que anteriormente o bien era imposible, o bien era injusta.
Y por esa bisoñez en que nos encontramos, el desarrollo de referentes es una tarea urgente y necesaria.
¿A que llamamos referentes?Pues referentes necesarios son por ejemplo:
1) Un referente legislativo que defina la obligación tiene un estado o administración de publicar sus datos, es decir que leyes dan soporte o establecen obligaciones de publicar los datos de la actividad de la administración pública.
2) Referentes en cuanto a reutilización, es decir bajo que mecanismos legales (licencias) se va a permitir la reutilización de la información, y su mezcla con datos privados.
3) Referentes de participación de los administrados, de los funcionarios, de los infomediarios en la tarea del gobierno abierto.
4) Referentes tecnológicos de los mecanismos y herramientas técnicas para la publicación de los datos, de forma que permitan la interoperabilidad y las explotaciones secundarias y terciarias de la información.
5) Qué inversión y qué implicación es necesaria desde el ámbito público para la implantación profunda de esta filosofía de gobierno.
Es claro que existen ya algunas opciones en estos 5 apartados, pero todavía no existe un consenso del sector en cuanto a cuales de ellos dentro de cada categoría son los más útiles o beneficiosos.
Para 1), aunque existe una directiva europea para el fomento de la reutilización de información del sector público, no será hasta dentro de más de 12 meses cuando exista una revisión que establezca estas obligaciones.
Para 2) todavía se están dirimiendo si las licencias de publicación de datos públicos pueden ser licencias sujetas a la normativa americana tipo Creative Commons o deben ser licencias administrativas.
Para 3) todavía hay iniciativas muy incipientes pero ninguna que pueda ser considerada como referente.
Para 4) ya nos gustaría tener un estándar de interoperabilidad aceptado, hasta hoy los único estándares son tipo csv, que es un estándar no semántico, es decir que solo atiende al formato y no al contenido, aunque aquí si parece haber consenso en cuanto a que tenga que ser un estándar abierto cualquiera que sea el definitivo.
Para 5) Todavía no hay métricas efectivas y comúnmente aceptadas que evalúen ni el volumen de inversión necesaria ni los retornos obtenidos por la sociedad.
Existe un balance entre la libertad de cada iniciativa de explorar un camino y la necesidad de coordinar esfuerzos para que la utilidad desarrollada por unas iniciativas lo sea compatible por otras.
De un buen trabajo en cada uno de estos aspectos dependerá la rapidez con la que se desarrollarán y extenderán estas iniciativas. Esperemos que en esta época de tensiones económicas, tengamos el suficiente sentido común para darnos cuentas de que en coordinación y con cooperación generaremos más valor para la sociedad y por tanto más empleo, transparencia, y otros beneficios alcanzables a través de al implantación del open government.
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